El presidente Alberto Fernández, fue evaluado por médicos tras sufrir un episodio de hipotensión y mareos previo al inicio de la Cumbre del G20 en Bali, Indonesia, y le diagnosticaron una gastritis erosiva con signos de sangrado. El mandatario se encuentra en buen estado de salud y mantuvo la reunión bilateral prevista para este martes con su par chino, Xi Jinping.
El nuevo parte emitido por la Unidad Médica Presidencial a las 15.26 hora local (4.26 de la Argentina) señaló que “en el día de la fecha el Señor Presidente de la Nación Argentina, Dr. Alberto Ángel Fernández fue evaluado médicamente, se diagnosticó una gastritis erosiva con signos de sangrado, recibió el tratamiento médico adecuado encontrándose en buen estado de salud y reanudando sus actividades con control médico”.
“Este equipo mantendrá informada a la opinión pública de la evolución médica del Señor Presidente de la Nación”, completó el informe firmado por el médico Federico Saavedra.
Alberto Fernández tuvo “un episodio complicado” porque “sangró mucho y eso le provocó la descompensación”, según explicaron fuentes de Presidencia.
El mandatario fue trasladado al Sanglah General Hospital de Bali, acompañado por el ministro de Salud de Indonesia, Budi Gunadi Sadikin, y en ese centro asistencial le hicieron estudios y le aplicaron suero, añadieron los voceros a los periodistas que cubren la gira presidencial.
A las 11.16 de Indonesia (las 0.16 de la Argentina), un primer parte médico indicaba que Fernández presentó “un episodio de hipotensión y mareos” y “por tal motivo se decidió realizar los estudios de diagnóstico de rigor a fin de preservar su salud y evitar complicaciones”.
Debido al cuadro de salud del Presidente, el canciller Santiago Cafiero lo reemplazó en el primer panel de apertura de la cumbre de líderes sobre “Seguridad alimentaria y energética” como también en el almuerzo de bienvenida.
Cafiero urgió a los miembros del bloque a “recuperar la paz y contribuir a la recuperación mundial”.
El canciller subrayó que “los efectos de la guerra” en Ucrania se notan en todo el mundo y afirmó que el conflicto le costó al país “5.000 millones de dólares”.
“En el hemisferio norte los mercaderes de la muerte negocian armas letales, pero en el hemisferio sur los alimentos se encarecen o faltan y lo que termina matando no son las balas o los misiles, sino la pobreza y el hambre”, dijo Cafiero.
“Es imperioso que unamos esfuerzos para que las partes involucradas regresen a la mesa de negociaciones”, insistió.
El canciller destacó el impacto especialmente negativo de la guerra en Latinoamérica, que ya se vio profundamente castigada por la pandemia y, según la CEPAL, registró un retroceso de 27 años en los niveles de pobreza.
“América Latina y el Caribe se convirtieron en la región del mundo que perdió más años en expectativas de vida. Ahora debemos enfrentar los efectos de la guerra”, afirmó. Aunque la invasión de Ucrania no estaba oficialmente en la agenda, la cuestión se convirtió en protagonista del inicio de la cumbre, con múltiples llamados a terminar la guerra.
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