“En todas las muestras estudiadas de dengue serotipo 2 se detectó el Genotipo II-Cosmopolita”, aseguran desde el Ministerio de Salud nacional. Al tiempo que indicaron que esta “cepa” hasta el momento no circulaba en Argentina, sino en Brasil y en Perú. “Se está investigando aún su impacto clínico y epidemiológico”, agregaron desde la cartera que lidera Carla Vizzotti.
Según el propio documento emitido por el Ministerio de Salud, se registra la circulación de dos serotipos de forma simultánea en Buenos Aires, CABA, Santa Fe y Santiago del Estero, con lo cual las chances de cuadros hemorrágicos aumentan.Según el propio documento emitido por el Ministerio de Salud, se registra la circulación de dos serotipos de forma simultánea en Buenos Aires, CABA, Santa Fe y Santiago del Estero, con lo cual las chances de cuadros hemorrágicos aumentan.
Asimismo, señalaron a este medio que “también se detectó la introducción de un nuevo genotipo de chikunguña en el país”. Se trata del “genotipo ECSA del virus” el cual es predominante en Brasil y Paraguay. Al tiempo que alertaron que aún “se investiga su incidencia epidemiológica”.
Ante estos datos, “la cartera sanitaria ha emitido un alerta epidemiológica para los equipos de salud de todo el país”. Al tiempo que resaltaron que “el impacto clínico y epidemiológico de todas estas identificaciones todavía está en evaluación”.
Esta información fue obtenida gracias al trabajo del Instituto Nacional de Enfermedades Virales (INEVH) “Dr. J. I. Maiztegui”- Anlis, dependiente del Ministerio de Salud de la Nación, el cual realizó los estudios de secuenciación genómica e informó sobre la identificación de los genotipos de dengue y chikungunya circulantes en Argentina.
“En todas las muestras estudiadas de Dengue serotipo 1 se identificó el Genotipo V (el que circula históricamente en Argentina); en todas las muestras estudiadas de Dengue serotipo 2 se detectó el Genotipo II-Cosmopolita, lo que marca la introducción de este genotipo en el país, ya que el que se había detectado hasta el año 2022 era el Genotipo III -Sudeste Asiático-Americano. Este genotipo ya había sido reportado previamente en la región (primero en Perú, en 2019, y posteriormente en Brasil, en 2021)”, detallaron desde el Ministerio de Salud.
Al tiempo que añadieron que “en todas las muestras estudiadas del virus chikunguña se identificó el Genotipo ECSA (East-Central-South-Africa), lo que también marca la introducción de este genotipo en el país, ya que durante el año 2016 se había identificado el genotipo Asiático Americano”, siendo que esta “cepa” es predominante en Brasil y Paraguay.
“Es oportuno indicar que en la actualidad están circulando los serotipos DENV-1 en 7 jurisdicciones y DENV-2 en 10 jurisdicciones, mientras que en cuatro están co-circulando ambos (DENV-1 y DENV-2). Esto representa un cambio con respecto a años anteriores en donde DENV-1 era el serotipo predominante”, recalcaron desde la cartera sanitaria nacional.
Y continuaron: “En Argentina han circulado los 4 serotipos de dengue en diferentes años y magnitudes. El DENV-1 ha sido responsable del mayor número de casos (atribuible a las epidemias de 2009, 2016 y 2020 y ha circulado en 18 (contando el actual) de los 26 años que han pasado desde la reemergencia de la enfermedad en el país). Es decir que la mayor parte de la población fue expuesta al DENV-1. En tanto, el serotipo DENV-2 ha sido detectado en Argentina en diversas provincias y en 13 (contando el actual) de los 26 años, pero con una incidencia y un alcance territorial mucho menor al del DENV-1. Sin embargo, en este año el DENV-2 es el serotipo predominante, pero con una dispersión que alcanza al menos a 10 jurisdicciones de las 15 afectadas hasta el momento”.
Asimismo, destacaron la importancia de evitar el contagio cuando una persona ya transitó la infección. “Es importante recordar que la infección por un serotipo, seguida por otra infección con un serotipo diferente, aumenta el riesgo de una persona de padecer dengue grave. Los factores individuales de riesgo pueden determinar también la gravedad de la enfermedad e incluyen además de la infección previa, la edad (menores de 5 y mayores de 65 años), enfermedades crónicas (asma bronquial, inmunosupresión, diabetes) y personas gestantes”, enumeraron.
“En algunos estudios observacionales que evalúan diferencias entre serotipos se ha inferido que la infección secundaria por DENV -2 y DENV-3 presentaba mayor riesgo de infecciones graves. Deben realizarse estudios dirigidos a evaluar estas hipótesis como también para ver el impacto de nuevos genotipos, y así generar mayor evidencia al respecto”, agregaron desde la cartera que lidera Vizzotti.
Los datos del dengue en la Argentina, según el Ministerio de Salud
Hasta el 8 de abril, es decir la semana epidemiológica 14 de 2023, se notificaron en el país 41.257 casos de dengue, de los cuales 37.914 adquirieron la infección en la Argentina. Al momento, la circulación de este virus se ha identificado en 15 jurisdicciones correspondientes a cuatro regiones: Región Centro (Buenos Aires; Ciudad Autónoma de Buenos Aires; Córdoba; Entre Ríos; Santa Fe); región Cuyo: San Luis; región NEA (Corrientes; Formosa; Chaco) y región NOA (Catamarca; Jujuy; La Rioja; Salta; Santiago del Estero y Tucumán).
Los casos acumulados registrados hasta el momento en la presente temporada están por encima de los dos años previos, y comparando con las dos epidemias previas se encuentran un 48,4% por encima de los registrados para el mismo periodo en 2020 y 27% por encima del número de casos para el mismo período del año 2016.
En tanto, en lo que refiere a fiebre chikunguña, se registran hasta el momento 1.092 casos de los cuales 647 adquirieron la infección en el país; 171 se encuentran en investigación y 274 adquirieron la enfermedad en el exterior. Al momento, la circulación de este virus se ha confirmado en 8 jurisdicciones: Buenos Aires; CABA; Chaco; Córdoba; Corrientes; Formosa, y Santa Fe y Salta.
El dengue es una enfermedad viral transmitida por la picadura del mosquito del género Aedes, principalmente por Aedes aegypti. Cuando el mosquito se alimenta con sangre de una persona infectada por el virus dengue lo adquiere y luego de 8 a 12 días es capaz de transmitirlo a una persona sana a través de la picadura.
La fiebre chikunguña también es una enfermedad viral transmitida por la picadura de mosquitos Aedes infectados. Su nombre significa “aquel que se encorva” y refiere a la apariencia inclinada que adquieren algunas personas que lo padecen a causa de los fuertes dolores articulares que provoca.
Cuáles son los síntomas
En lo que respecta al dengue los síntomas son fiebre acompañada de uno o más de los siguientes síntomas: dolor detrás de los ojos; de cabeza; muscular y de articulaciones; náuseas y vómitos; cansancio intenso; aparición de manchas en la piel y picazón; sangrado de nariz y encías.
En el brote actual, se destaca que de los casos que presentan datos para este indicador, el 58% presentó alguna manifestación gastrointestinal (diarrea, vómitos, náuseas o dolor abdominal) asociados a los síntomas clásicos de la enfermedad.
Ante un diagnóstico de dengue es preciso seguir las indicaciones del personal de salud y asistir a las consultas de seguimiento y control. Si al momento de disminuir la fiebre o en los días posteriores, alguno de los síntomas se agudiza, reaparece, o se detectan síntomas nuevos (dificultad para respirar, dolor abdominal intenso, sangrado profuso de mucosas, irritabilidad a somnolencia, vómitos recurrentes), es pertinente realizar una consulta médica inmediata.
Por su parte, los síntomas de la fiebre chikunguña comienzan generalmente de 3 a 7 días después de la picadura del mosquito. El síntoma más común es la aparición repentina de fiebre, a menudo acompañada de dolor en las articulaciones. Otros síntomas que pueden aparecer son: dolor muscular; de cabeza; náuseas; fatiga y erupción cutánea. El fuerte dolor en las articulaciones por lo general dura unos pocos días, pero puede llegar a persistir durante meses, afectando la recuperación total y el regreso a las actividades cotidianas.
Por todo lo expuesto, ante la presencia de cualquiera de estos síntomas (tanto de dengue como de chikunguña) es muy importante realizar una consulta médica de manera temprana, no automedicarse, tomar abundante líquido (3 a 4 litros diarios) y tomar medidas para evitar la picadura de mosquitos para así interrumpir la transmisión del virus.
Cuáles son las medidas de prevención frente al dengue y el chikunguña
La principal forma de transmisión de estas enfermedades es por picaduras de mosquitos infectados. Es por ello que la medida más importante de prevención de dengue y chikunguña es la eliminación de todos los criaderos de mosquitos, es decir, de todos los recipientes que contengan agua, tanto en el interior de las viviendas como en sus alrededores (baldes; palanganas; tambores; portamacetas; bebederos; botellas retornables, etc).
Si los recipientes no pueden quitarse porque se usan de modo frecuente, debe evitarse el acceso del mosquito a su interior (tapando tanques, aljibes y/o cisternas, por ejemplo) o procurar que no acumulen agua dándolos vuelta, vaciándolos y cepillándolos frecuentemente, o bien poniendo los mismos al resguardo bajo techo. También es recomendable colocar tela mosquitera en las rejillas de desagües. Es importante destacar que el mosquito adhiere sus huevos a las paredes de los recipientes, por lo que es muy importante cepillar el interior de las paredes para eliminarlos.
A su vez, para evitar la picadura del mosquito se recomienda utilizar repelente siguiendo siempre las indicaciones del envase. Así mismo, se sugiere usar ropa de manga larga y colores claros. Para proteger a las y los bebés (que no pueden usar repelente), se deben colocar redes o tules sobre cunas y cochecitos. En relación al hogar, es importante disponer mosquiteros en puertas y ventanas y usar repelentes ambientales como tabletas, aerosoles (interior) o espirales (exterior).
La aplicación de insecticida mediante fumigación sólo sirve para eliminar mosquitos adultos siempre y cuando entren en contacto con el insecticida en el momento que es aplicado ya que el mismo no tiene poder residual y tampoco elimina formas inmaduras del mosquito (huevos, larvas y pupas); por lo que no es suficiente para controlar estas enfermedades si no se erradican los criaderos de nuevos mosquitos. Por lo demás, la fumigación está indicada sólo en situación de brote y bajo las indicaciones metodológicas de la normativa nacional vigente.
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